t3h marth
y creo que tengo que responder de nuevo a kyo, porque estoy en desacuerdo...
las personas no cambian, si tu eres "un ser" desordenado, puedes intentar ser "un ser" ordenado, vas a haces cosas de gente ordenada (como ordenar...) pero tu sabes que te gustaría mas ser "un ser" desordenado... porque eso es lo que de verdad eres, no es lo correcto, ya que en general esta mal visto que una persona sea desordenada... así que por convivencia tendrás que adecuarte a la sociedad.
y con este razonamiento, puedo responder a tu ultima frase, te gusta ser desordenada, pero también te gusta que las cosas te vayan bien... el deseo que las cosas te vayan bien es mayor al de ser desordenada, así que pondras ese deseo por encima del otro, así haciendo lo correcto... pero no por querer hacer lo correcto, sino porque te gusta que las cosas te vayan bien...
apostaría mi riñón a que, si de alguna manera lograras hacer que tu vida fuese igual de bien siendo desordenada, seguirías siendo desordenada... ya que ese deseo no te impide poder lograr otro de mas intensidad.
El ser humano es flojo, envidioso, egoísta...es malo.
Creo que hay que partir de ahí, la verdad.
Todo lo fácil uno lo quiere tomar, instintivamente.
Partiendo de ahí, todos querríamos ser desordenados si no tuviera repercusiones, es obvio. Entonces según tú todos somos desordenados y simplemente fingimos ser ordenados.
Pero pues para eso está el raciocinio..(que por desgracia pocas personas han descubierto aún a estas fechas de la existencia).
Mientras uno tome la decisión de cambiar, cambia.
Si tengo mala letra pero tomo la decisión de mejorarla, cambio.
Si tengo mala postura y decido mejorarla, cambio.
Si digo mentiras pero un día decido ser responsable de mis acciones por malas que sean, cambio.
Si soy feo, espinilloso, despeinado y grasoso de adolescente pero decido lucir diferente y cambio mis hábitos, cambio.
Soy carnívoro pero decido que no vale la pena y dejo la carne, cambio, ¿me va a dejar de gustar la carne? puede que hasta sí, que a partir de un punto al probarla me haga daño en el organismo, puede que ya no me sepa igual, puede que psicologicamente me desagrade tanto que ya no me guste su sabor.
Y si a todo esto aún crees que toda la vida voy a seguir siendo aquella persona de mala letra, postura, fea y mentirosa porque algún día lo fui entonces tendré que decir esta frase que me parece ridícula: podemos estar de acuerdo en que estamos en desacuerdo.