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~Los Elfos Oscuros no lloran~ by Rykku

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Rykku407

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~= Los Elfos Oscuros no lloran =~

PROLOGO : EL COMIENZO DE UN CAMBIO


En medio de aquella negra y fria noche, un resplandor cegador inundo cada recodo del bosque de Naraiel. Pero al igual que si de un simple rayo se tratara, desaparecio al instante, volviendo a sumirlo todo en la oscuridad nocturna tan solo disipada por la tenue luz de una delgada luna. Entre los frondosos arboles, la figura de un hombre corria velozmente hacia lo que creia que debia ser el origen de aquel resplandor. <>, penso y apresuro el paso aun mas.

Los timidos rayos de luna que sobresalian de entre las nubes era la unica luz que penetraba por las ventanas, o lo que quedaba de ellas, del templo de Aani. Templo hasta entonces reconocido por cualquiera que se hubiera adentrado en sus salas como el mas bello de todo Mithrael. Pero, la batalla que se acababa de librar en su interior, habia terminado con todo vestigio de la grandeza que antaño tuvo dejando tan solo unas humeantes ruinas. En su mayor parte estaba derruido: las paredes, antes de la roca mas blanca y fina, ahora se encontraban ennegrecidas y quebradas, en las vidrieras rotas no sobrevivia ni un solo pedazo de cristal de colores, las altas cupulas que adornaban el amplio techo yacian ahora en el suelo completamente reducidas a piedras mal apiladas, ni siquiera la omnipotente estatua de Aani habia resultado ilesa en la batalla y sus fragmentos se encontraban esparcidos alrededor del pedestal en el que momentos descansaba. Y alli, en medio de todo aquel caos y destruccion, yacia inanimada una mujer en cuyo pecho una piedra azul resplandecia.

La alta figura, llego por fin a las puestas del templo. Durante un momento permanecio inmovil frente a ellas observandolo con total perplejidad incapaz de creerse lo que estaba viendo. Pero, tras unos instantes, recupero la compostura y se interno con decision en esas ruinas que parecia que incluso el minimo impulso de viento podia hacer que se desplomaran. Recorrio multitud de salas abriendose paso entre los escombros como alma que lleva el diablo pues sabia exactamente donde encontraria lo que buscaba. Si, estaba alli, en el fondo de la sala mas amplia del templo. Maldita sea, aquel hombre...aquel condenado mago, vidente o lo que fuera tenia razon. Y si, habia llegado demasiado tarde, se dijo el desconocido para sus adentros al mismo tiempo que se arrodillaba al lado de la mujer moribunda. Sentia rabia. Rabia de verse completamente impotente. Tan solo con que hubiese llegado unos minutos antes habria podido acabar con todo de una vez, pero no, por desgracia no lo habia conseguido...
Se acerco mas a la mujer, y al ver que aun respiraba, con su fuerte brazo la semi-incorporo. A pesar de tener los vestidos sucios y rasgados, el pelo revuelto y la cara tiznada, su belleza no habia disminuido ni un apice. Largos cabellos castaños enmarcaban su fina tez de la que destacaban unos carnosos labios rojos. La hermosa mujer salio entonces de su letargo y miro, con sus grandes y profundos ojos verde esmeralda, al desconocido que la sostenia.

-- Se, porque habeis...venido, pero llegais...tarde. Ahora ya ha...terminado todo...El esta sellado.-dijo casi imperceptiblemente ella, a lo que el hombre contesto afirmando tristemente con la cabeza y luego añadio.
-- No hableis, no debeis malgastar energias...- su voz grave resonaba en los agrietados muros de la estancia, mientras que la entrecortada de ella apenas si perturbaba el silencio. El desconocido estrecho con delicadeza la mano derecha de la mujer.
-- Ya es...demasiado tarde para...mi, pero por favor...mi hija...buscad a mi hija y...llevadsela a su padre...- el desconocido notaba como a cada palabra pronunciada la mujer se aferraba mas fuertemente a su mano, como si intentase de ese modo obtener la fuerza necesaria para decir las que probablemente serian sus ultimas palabras- Vos...cuidad de ella...por favor...-el arqueo las cejas y la miro con profunda extrañeza.
-- Pero... ¿yo? Vos sabeis quien soy, ¿no es asi?- respondio el hombre con sarcasmo- Sinceramente, no creo que yo sea el mas adecua...
-- Ya sabeis que...El volvera, - hizo una pausa para recobrar un poco de aliento-...No ha muerto, volvera...Por favor cuidad de ella,....al menos por ahora...Vos la necesitais tambien,...¿verdad?...Si hubiera sabido...antes lo que se...necesitaba para...acabar con el... Pero solo lo supe...una vez hube pronunciado el...hechizo, cuando nos hicimos uno...y vi sus pensamientos...y temores...- una mueca de profunda tristeza ensombrecio su rostro, y luego añadio- Y ahora le tengo que...pasar esta pesada carga a...mi pequeña hizo una nueva pausa y clavo su afligida mirada en los ojos del hombre-...Aunque quizas haya...otra forma...

El desconocido vacilo unos instantes de lo asombrado que estaba. No se lo podia creer. Realmente era increible, aquella mujer no solo le estaba pidiendo que cuidara de su hija y que se la devolviera a su padre, sino que ademas le pedia que buscara una alternativa. Ella no habia dicho a que, pero el lo sabia, por eso no...no podia acceder, si lo hacia todo volveria a empezar puesto que no habia ninguna otra forma de acabar con Kjar, daba igual lo que buscase, otros ya lo habian intentado antes que el sin exito alguno. Como bien le habia dicho aquella clase de mago con el que se habia reunido antes de llegar ahi, se necesitaba la sangre de esa mujer para invocar el poder magico que acabaria con Kjar de una vez por todas, pues su sangre, o mejor dicho la de sus antepasados, era la sangre maldita que habia empezado todo aquello mucho tiempo antes y la unica que podia terminarlo. Pero, lamentablemente, la sangre de ella ahora ya no servia pues el potente conjuro que ella habia convocado momentos antes la habia contaminado, y ademas, con Kjar sellado no se podia efectuar el ritual. Por tanto la unica opcion restante para acabar con el era buscar a la sangre de su sangre, la de su hija, y prepararlo todo para cuando el regresara. Esa era su mision, lo que se le habia encomendado, el era un Serke Roitar [1]. El debia encontrar a los descendientes de la kishar[2] que lo empezo todo y obtener su sangre para el ritual que lo acabaria. Sin embargo, ahora ella le estaba pidiendo que renunciase a todo eso para hacer justamente lo contrario. Comprendia perfectamente los sentimientos de esa mujer preocupada por su hija, que ademas acababa de dar su vida voluntariamente por todos, amigos y enemigos. Habia hecho lo mas honorable que se podia hacer, y de eso, de honor el tambien entendia. Si habia alguien en estas tierras que se merecia una ultima voluntad, era ella, pero justamente le pedia lo unico que no podia concederle...o, al menos no debia.

El extraño se debatia en la duda, pues todos estos pensamientos se agolpaban en su mente. Verdaderamente no sabia que hacer. En otras circunstancias, no habria dudado ni un segundo, pero ahora se libraba en su interior una dura batalla, pues su corazon le pedia una cosa y su mente otra. Los ojos, esos profundos ojos verdes, fueron los que inclinaron la balanza.

-- ¿Confiais en mi? ¿Como sabeis que no la matare?- pregunto el desconocido ironicamente. Ella solo sonrio. <>, penso el.- Bien, ire a buscarla- resolvio finalmente. Hizo una pausa y agrego- y la cuidare. O, al menos, de momento pues ya sabeis de sobra cual es mi cometido pero os concedo la gracia,...por ahora- Debia de estar loco para decir lo que habia dicho, no solo iba en contra de lo que habia estado luchando todos esos años sino que ademas estaba poniendo a todos de nuevo en peligro, pero por alguna misteriosa razon sentia que no podia negarle el ultimo deseo a esos ojos. Si era casualidad, destino o que la mujer le habia embrujado no lo sabia...
-- Ya se lo dije...a los vuestros...una vez,...todos buscamos...lo mismo...aunque los metodos...varien. Aunque vos..., no sois como los...demas lo se,...lo noto. -una sonrisa se dibujo en el cansado rostro de aquella mujer. Al extraño se sorprendia la facilidad con que sonreia aquella mujer que casi estaba mas en el mundo de los muertos que en el de los vivos- Ella esta en el claro...de las hadas, en Varanthel- prosiguio la mujer- ahora marcharos...Rapido antes de...vengan los demas...y gracias...

El hombre asintio con la cabeza y volvio a recostar a la mujer con suavidad. Se levanto, recito en su lengua natal una especie de oracion y salio de alli tan rapido como habia llegado.


A los pocos segundos de que el desconocido se perdiera de nuevo entre la espesura del bosque, la ondulante luz de una multitud de antorchas ilumino la noche. Una tropa de una treintena de personas compuesta por humanos, en su mayoria, y altos elfos llego al la entrada del templo. Y, tras intercambiar unas palabras entre ellos, un hombre joven, que parecia ser el que estaba al mando, penetro en el templo seguido de un anciano apoyado en una larga vara y un par de elfos. Mientras tanto, el resto de la comitiva les aguardaria fuera.

Recorrieron todos los rincones de los pasillos semi-derruidos del templo y poco parecia importarles la posibilidad de que cualquiera de las paredes cediera a su peso desplomandose sobre ellos, puesto que se internaban mas y mas en el templo mirando a un lado y a otro, buscando algo. Cuando ya habian perdido casi toda esperanza, alli al final en lo mas profundo del templo, la encontraron...pero habian llegado tarde, ella yacia muerta en el suelo. El joven hombre que encabezaba la pequeña expedicion, con la cara contraida por el espanto, tiro al suelo la antorcha que le habia iluminado el camino al mismo tiempo que se arrodillaba al lado de la mujer. Respiro aliviado al comprobar que no estaba muerta, aun se aferraba a la vida pero no sabian por cuanto tiempo mas. El resto de los alli presentes se dispusieron alrededor de la mujer mientras el mago agitaba su vara pronunciando un hechizo curativo.

-- No...es necesario que..os molesteis...es inutil...-pesadas como el plomo salieron de su boca estas palabras. Los tres hombres que estaban de pie, incapaces de decir nada, intercambiaron sombrias miradas.
-- No digas eso, cariño ya veras como enseguida te sientes mejor.- la voz del hombre arrodillado temblaba de miedo y de angustia a la vez. En su fuero interno intentaba negar lo que en el fondo ya sabia; que su esposa les habia salvado a todos con el precio de su vida. Ella uso el unico hechizo capaz de frenar a Kjar, el sello mas poderoso sobre la tierra, que casi nadie conocia y poca gente habia utilizado ya que consumia la vida de aquel que osaba convocarlo. Invocar ese poder magico significaba la muerte. Ningun hechizo curativo podria ya salvarla. Las lagrimas comenzaban a anegar sus ojos y la presion que sentia en su pecho le hacia dificil respirar mientras comenzo a pronunciar unas palabras que apenas audibles- pero ¿por que?...¿por que no dijiste nada?¿por que viniste sola? Podriamos haber seguido el plan establecido. No tenias que habe...- los dedos de ella le rozaron los labios y los mantuvo ahi unos instantes para impedirle seguir mientras esbozaba una hermosa sonrisa, una de esas que a el le volvian loco, de las que hicieron que años atras que quedara prendado de ella.
-- No queria...mas muertes...innecesarias,...ademas...esta era la...unica forma...de sellarle unos...años mas...hasta que...podamos acabar...con el...Siento dejarte...a ti y-la mujer hizo una pausa provocada por una aguda punzada de dolor en el pecho.<>, penso. Respiro hondo y con las pocas fuerzas que le quedaban, prosiguio-...a la pequeña.- los ojos del joven mostraron incredulidad y los otros congregados se miraron sorprendidos unos a otros, preguntandose como era posible eso- Si,... ella... esta... a salvo... protegela... bien... de El.............Te......quiero.-en ese momento los dedos que habian silenciado al joven perdieron su fuerza, y la mano cayo golpeandose con el frio marmol del suelo, pero ya poco importaba pues a ella ya no podia dolerle.
-- ¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!- grito el joven tan fuertemente que su voz retumbo por las maltrechas paredes del templo hasta llegar a los oidos de los que se habian quedado fuera. Cabizbajos y con los rostros sombrios, todos comprendieron al instante lo que habia sucedido; tambien habia, quien no pudiendo controlar sus sentimientos, lloraba.

El corazon del joven apenas podia soportar el dolor, ¿de que le servia que hubieran salvado al mundo cuando ella acababa de morir por ello? Grito y chillo maldiciendo a sus antepasados, a Kjar, e incluso a los dioses por haber permitido que ella muriera. Tambien se maldijo a si mismo por no haber llegado antes...No pudo impedirlo, el, que habia jurado estar siempre a su lado, al final no habia podido protegerla. Las lagrimas hasta entonces retenidas brotaron de sus ojos, al mismo tiempo que abrazaba el cuerpo sin vida de la que habia sido,... no, seria para toda la eternidad, su esposa.

Los otros tres presentes no podian hacer nada mas que observar la triste escena en silencio, aunque por todos paso un terrible pensamiento, ¿si su hija seguia con vida, no significaria eso tarde o temprano el retorno de Kjar? Uno de los elfos, el mas allegado al joven, se arrodillo a su lado y poso una mano sobre su espalda en señal de comprension. Solo una mirada basto para que el humano comprendiera lo que el elfo no se atrevia a decir con palabras por miedo a aumentar aun mas su dolor.

-- No voy a permitir que ese hijo de perra se lleve a mi hija como ha hecho con mi mujer.- dijo con rabia mientras clavaba en el elfo su mirada inyectada de odio- Eso si se atreve a volver,... y si vuelve le estaremos esperando.- El elfo asintio con la cabeza, aunque no del todo seguro, porque si algo le habian enseñado todos los años de su larga vida era que Kjar siempre habia vuelto, pues la maldicion aun seguia viva, viva a causa de la niña. Pero prefirio no hablar de ello y dejar las cosas asi, de momento, pues la niña era su maldicion y a la vez su unica esperanza de salvacion.

De repente la lluvia comenzo a caer sobre los arboles, la hierba, las piedras agrietadas y la comitiva que esperaba a la salida del templo, pero ninguno de los que la componia se movio ni un palmo, por abatimiento y sobretodo por respeto. No se sabe quien de entre todos ellos empezo, pero tras unos instantes, todos estaban entonando una antigua y triste cancion, mientras el cielo lloraba la perdida de aquella mujer, que a cambio de su vida habia salvado las tierras de Mithrael.

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La alta figura, llego al fin a la catarata tras la que se escondia una de las entradas al claro de las hadas. Bueno, la verdad era que el magico claro se encontraba en la dimension en la que los espiritus moraban, en Varanthel, por lo que a la vez estaba y no estaba tras esa catarata y solo los iniciados en la comunicacion con los espiritus del bosque y los elfos que poseian este don innato podian acceder a el. El desconocido, se adentro en el rio, donde el agua le llegaba casi hasta la cintura, hasta alinearse con el centro de la catarata y, en ese momento, unas finas gotas de lluvia empezaron a caer sobre su rostro. <>, penso. Pero, resignandose, extendio sus dos brazos hacia delante con las palmas de las manos abiertas en direccion a la catarata y, cerrando los ojos para concentrarse mejor, pronuncio la antigua formula que le abriria el paso a ese magico mundo al que, por cierto, hacia años muchos años que no iba.

-- Espiritus de las aguas, os suplico me deis permiso para cruzar la puerta guardais. Ryonar, kalande nir se h'unk, kala!

Parece ser que los espiritus del agua le concedieron tal permiso pues en el momento en que pronunciaba la ultima palabra, la catarata se partio en dos como si de una simple cortina se tratase. Detras, la dura roca empezo a mostrarse gradualmente mas transparente hasta que finalmente desaparecio por completo dando lugar a una entrada tallada en la roca de la montaña. El desconocido penetro en ella y tras, un humedo y lobrego tunel de un centenar de metros, llego por fin al claro.

El claro de las hadas no era ni por asomo como el resto del bosque, ya que al fin y al cabo no pertenecia a ese mundo. Aquel era un lugar magico, el lugar donde los espiritus moraban y las hadas jugaban. Alli los arboles crecian mas vigorosos y verdes, habia en una pequeña laguna de agua transparente y clara como ninguna, las flores poseian unos colores mas vivos y olian mejor, el aire era mas puro e incluso habia mucha mas luz de la que deberia haber con esa desnutrida luna. Asi era el lugar donde las hadas se reunian a jugar, bailar y cantar, tanto de dia como de noche.

El desconocido miro a un lado y a otro, pero no vio rastro alguno ni de la ni񡠮i de ninguna hada. Extraño, avanzo un poco mas y, de repente, el sonido de un llanto llego a sus oidos, un llanto de niño. Sin siquiera darse tiempo para pensar, ya estaba corriendo a grandes zancadas hacia la direccion de la que procedia aquel sonido. <>, penso. De sobra conocia de lo que eran capaces esas pequeñas que mas que hadas deberian haberse llamado brujas o arpias. Esas criaturas no le gustaban en absoluto.
Al final, logro alcanzar el lugar del que procedia el llanto. El desconocido se quedo, atonito, contemplando la escena que le ofrecian sus ojos y que, de habersela contado alguien, se habria reido en su propia cara. A unos metros de el se encontraba acurrucada sobre el mullido cesped, una ni񩴡 de unos dos años rubia, muy bonita, y que hubiera pasado perfectamente por hija de altos elfos de no ser por las orejas redondeadas que delataban su condicion de humana. ¿Asi que esa era la niña? Ella estaba llorando desconsolada aunque no de esa forma que lloran los niños por algun capricho o porque se les ha prohibido algo, sino de verdadera tristeza. Alrededor de ella, las hadas, pequeñas y hermosas mujercitas con alas multicolor, se congregaban cantando y bailando o simplemente acariciando la dorada cabecita de la niña. Parecia que, de algun modo, estuvieran tratando de animar a la pobre criatura.

-- ¡Por todos los dioses! Nunca hubiera dicho que llegaria a ver como unas hadas consuelan a una niña humana- murmuro imperceptiblemente el extraño que no lograba salir de su asombro, pues las hadas aun siendo unos seres egoistas y juguetones, capaces de hacer lo que fuera solo con tal de divertirse, en ese momento estaban intentando aplacar el llanto de la pequeña ¿Seria solo curiosidad lo que sentian hacia ella?...

El desconocido se acerco hasta donde se encontraba la niña, las hadas que hasta entonces habian ignorado su presencia, volaron hasta esconderse detras de las hojas de los arboles o los petalos de alguna flor cercana pues no sentian simpatia alguna por aquel inesperado intruso. La pequeña seguia llorando impasible a lo que sucediera a su alrededor y el hombre, al ver que no tenia la menor intencion de dejar de hacerlo, se agacho frente a ella. No se le daban bien los niña y no le gustaba tratar con ellos porque no estaba acostumbrado, pero sabia que tenia que intentar de algun modo que ella dejara de llorar.

-- ¡Hey! ¿Que te pasa? ¿Por que lloras?- dijo el con la voz mas dulce que pudo. La niña contuvo el llanto y levanto la vista como si entonces se percatara de que alli habia alguien mas. Le miro con unos grandes ojos azules enrojecidos por el llanto, y tras unos instantes, volvio a llorar de nuevo. <<¿Y ahora que hago?>>, penso el desconocido, y opto por seguir hablandole para ver si asi conseguia tranquilizarla- Vamos, no llores mas,... deja de llorar y me cuentas lo que te pasa, ¿vale?
-- Mama,...mama no ta,...sa ido- consiguio explicar la pequeña entre sollozos.

¿¡Como podia ser que esa niñaupiera lo de su madre!? ¿Seria algun tipo de conexion entre madre-hija? Aquel hombre no lo comprendia pero lo cierto era que aquella niña de alguna manera sabia que ya no volveria a ver a su madre nunca mas.

-- Mira, tu mama se ha ido pero te observa desde las estrellas. Mirala ahi arriba- dijo el desconocido señalando a la delgada luna- Ahi es donde esta tu mama, ¿no querras que se ponga triste de verte llorar?-la niña sacudio negativamente la cabeza. El, se sentia como un verdadero estupido hablando y comportandose de esa forma, pero al menos parecia ser que estaba surtiendo efecto en la humana pues le prestaba atencion y su llanto menguaba poco a poco.- Pues hala, deja de llorar y vamos a buscar a papa, ¿eh?

En ese momento las hadas salieron de su improvisado escondite y se pusieron a revolotear alrededor de aquel hombre ya que no les hacia ninguna gracia que ese extraño invadiese su claro y encima ahora intentara quitarles su nueva distraccion. No, no le dejarian.

-- ¡Estaros quietas ya, malditas!- dijo el extraño sacudiendo las manos como si espantara simples moscas- ¡Me la voy a llevar igual, os pongais como os pongais!- la reaccion inesperada de las hadas le habia hecho subir el tono de la voz sin darse cuenta hasta un punto en que casi estaba gritando. La niña que ya habia cesado de llorar, se asusto y volvio a sollozar- ¡Mirad lo que habeis conseguido!- grito el aun mas furioso. Rapidamente se llevo las manos a la empuñadura de su espada y profirio una amenaza- ¡Como no os largueis de aqui, juro por los dioses que os corto las alas!- al parecer, el ultimatum surtio efecto porque las hadas desaparecieron al instante, volviendose a ocultar entre el espeso follaje. Ya libre de esa inoportuna molestia, el hombre volvio a suavizar la voz para dirigirse a la niña. Con lo que le habia costado que parara de llorar y ahora habia vuelto a empezar y, para colmo, le estaba empezando a entrar dolor de cabeza,...parecia mentira que los crios fueran tan susceptibles, se dijo para si.- Venga, ya esta, ya se han ido, no llores mas. Mira, si paras de llorar te dare una cosa muy bonita y nos iremos a ver a tu papa. ¿No ves que llorando estas muy fea?

El desconocido, se dirigio la derecha donde habia una especie de peñascoo y lo observo cuidadosamente. Complacido, se despojo de la capa que vestia y desabrocho el cinto con la espada que le colgaba de la cintura dejandolo todo en el suelo. Acto seguido se agarro a un saliente del peñasco y, poco a poco pero con gran agilidad, fue escalandolo hasta que, al llegar a una altura de unos quince metros, se paro y recogio algo. La niña arrastrada por la curiosidad, ya no lloraba sino que se encontraba observando la escena desde abajo. El hombre bajo y oculto su espalda algo que la niña no logro ver mientras la contemplaba con resignacion. Dejo escapar un profundo suspiro. <>, dijo para sus adentros.

-- Si me prometes que no lloraras mas te lo doy, ¿vale?- y se sento frente a la niña que le miraba con mas curiosidad todavia si cabe- ¿Me lo prometes?- <>, penso el con ironia.

La humana sintio silenciosamente con la cabeza y el le enseño la mano que habia puesto detras de su espalda en la que tenia una flor. Pero no una flor cualquiera, una flor con forma de estrella, violeta muy oscuro en los bordes y que se iba aclarando hasta hacerse completamente blanca en el centro, y que exhalaba un aroma embriagador.

-- Esto es una violeta nocturna, una violeta que florece en los sitios altos y de noche. Huele muy bien, ¿te gusta?...Toma te la doy, pero no llores mas que me lo has prometido- la niña cogio timidamente la flor que aquel extraño le ofrecia. La miro, se la acerco a su naricita para oler mejor el perfume, esbozo una bonita sonrisa, y sin previo aviso se acerco al desconocido y le abrazo dandole un beso en la mejilla. Aquello cogio desprevenido al hombre que no se imaginaba esa reaccion y, menos aun por una simple flor, aunque tambien era bien cierto que podia deberse tan solo a su corta edad. Miro a la niña que le estaba ofreciendo otra de sus bonitas sonrisas- Ves, ahora si que estas guapa.- le dijo mientras pensaba que, ademas de su sangre, la pequeña habia heredado de su madre su preciosa sonrisa.

El desconocido, le devolvio la sonrisa, se levanto, volvio a ajustarse el cinto y cogio la capa con el brazo.

-- Venga ahora dame la mano y nos iremos de aqui- dijo tendiendole su mano a la niña.

Ella extendio decidida su pequeña manita hacia la grande de aquel señor que a esas alturas ya habia obtenido su entera confianza pero, al comprender que no la podia alcanzar, instintivamente dio la vuelta y se agarro firmemente a los pliegues de la capa que colgaba de su brazo. El sonrio levemente ante la escena pero, dandose por satisfecho, ambos se dirigieron con paso lento hacia la salida. Una vez alli, el desconocido se agacho y, cuidadosamente, envolvio a la niña con su capa, que por cierto ya se habia secado al igual que sus ropas gracias a las extrañas y magicas propiedades de aquel mundo gobernado por los espiritus.

-- Asi no te mojaras- le dijo, y acto seguido la cogio en brazos lo mas delicadamente que pudo pues tenia la impresion de sostener una mu񥣡 de finisima porcelana, ligera, pequeña capaz de romperse al minimo movimiento,... parecia mentira que el futuro de esas tierras dependiera de un ser tan vulnerable.

Ella, que no habia dejado de mirar a aquel extraño ni un segundo a causa de la tremenda curiosidad que sentia, le dijo inesperadamente mientras esbozaba otra de sus hermosas sonrisas:

-- Senor efo,...¿te quedaras a vivir connigo y papa?...Me gutas - Aquello dejo completamente estupefacto al extraño.

Era increible el hecho de que en el poco tiempo que llevaba con ella ya habia logrado sorprenderle en varias ocasiones, a el, un elfo inmortal que habia visto, pasado y conocido tantas y tantas situaciones. En lo mas hondo de su corazon algo estaba cambiando, le estaba cogiendo cariño esa humana por alguna razon. Y ahora, por primera vez, habia pasado de considerarla como un objetivo de su lucha, un mero objeto portador de la sangre maldita, una presa para el cazador: el Serke Roitar; a verla como algo mas, como una personita que acababa de perder a su madre y sobre la que, al mismo tiempo y sin siquiera merecerlo, habia recaido una pesada carga. Era una lastima, una verdadera lastima que algun dia tuviera que acabar con ella con sus propias manos. Aquellas palabras antes carentes de sentido, cobraron ahora importancia..."Aunque quizas haya...otra forma..."
-- Bueno, tu mama me dijo que te cuidara pero no se si tu papa me dejara quedarme contigo, pero sino te estare observando desde el cielo como tu mama, ¿vale?- "Aunque quizas haya...otra forma..." esas malditas palabras repiqueteaban en su mente sin cesar...Despues de todo, quizas si mereciera la pena intentar buscar otra opcion penso asombrandose a si mismo por hacerlo...¿Como demonios se las habian arreglado esa cria y su madre para ablandarle de ese modo?...A el, conocido por los suyos por el sobrenombre de Sincahonda, "corazon de piedra",... ¿Seria que entre las dos habian podido rescatar de lo mas profundo de su alma algo que hasta el mismo creia que ya ni poseia? Aquello que el tiempo y los acontecimientos vividos habian enterrado en el fondo, muy en el fondo de su ser, relegandolo al olvido y hasta casi la total desaparicion: los sentimientos.

La niña complacida con la respuesta, recosto su dorada cabecita en su hombro y se agarro tiernamente al cuello del elfo mientras el mandaba mentalmente una plegaria a los dioses para que el dia en que tuviera que reclamar su sangre nunca llegara. Seguidamente pronuncio de nuevo la formula magica para abrir el pasadizo, y salieron de alli al amparo de la noche, perdiendose en el bosque.

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Lejos, muy lejos de alli, una horrible risa retumbaba por las frias paredes de un castillo llegando hasta el ultimo recodo del mismo. Con sus nudosas y arrugadas manos envejecidas por el tiempo, un anciano sostenia la bola de cristal que le permitia ver cualquier lugar que pensara con solo desearlo y, lo que acababa de ver, le habia complacido mas que nada en el mundo puesto que significaba que su plan estaba en marcha. Aquellos necios pagarian caro el sufrimiento que le habian causado a su maestro. El se encargaria de vengar la afrenta que hoy habia sufrido, y llegada su hora, le haria regresar. Si, por mucho que le costase, haria que aquellos entrometidos llegaran a desear no haber nacido. Pero, observo de nuevo el palantir, no parecia que iba a costarle demasiado. De nuevo, su risa volvio a inundar aquel silencioso palacio.


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[1] En teoria tiene que significar "Cazador de sangre", pero pido perdon si no es asi q seguramente no sera ¬¬U)...no se estos idiomas razz
[2] De momento solo os puedo decir q es una raza.

Rykku407

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