Hace no muchos anios, ni muy lejos de aqui, existio un par de herederos; cada uno de diferente familia, aunque iguales en alcurnia y honorabilidad. Si bien no se conocieron hasta cierta edad, recibieron la misma educacion: compartieron al maestro de esgrima, al de ciencias, al de filosofia, al de alquimia, al de artes y al guia espiritual. Quienquiera que los hubiera conocido sin saber sus respectivos origenes, los habria tomado por hermanos. Uno, principe de los asesinos; la otra, heredera al trono de los ladrones.
El era un joven de cuerpo vigoroso, alto, cabellos negros, piel blanquisima, movimientos perfectos y con un oceano de nostalgia en su mirada de cristal, tal vez a causa de la ceguera que lo aquejaba. Ella, por su parte, era esbelta, delgada, fragil, cabellos casi azulinos, tez palida, altanera y con un intrigante par de ojos negros.
Las historias de ambos parten igual: hijos de la familia mas importante de cada cofradia; criados entre la rigidez propia de sus futuros cargos sociales y el amor de sus padres; adorados y respetados; odiados y envidiados. Todo asi hasta el anio en que el cumplio siete y ella cinco. Entonces, los padres de el murieron victimas de un incendio, cuyo origen nunca se esclarecio; solo se achaco su autoria al grupo Tahrkot (ladron) oms (nueve) Dhar (alma) (Los Nueve Ladrones de Almas). El hecho de que un grupo de ladrones se viera vinculado con el accidente basto para que un odio tacito naciera entre ambas cofradias y rompio sus relaciones político – comerciales automaticamente. Los Tahrkot nunca se pronunciaron acerca de su supuesta participacion en la muerte de la Familia Principal de los Asesinos.
En cambio ella pudo disfrutar de la compania de sus padres durante muchos anios. Vivio su infancia y su adolescencia de la manera usada en su pequenio mundo, aprendiendo Historia y Magia, ejercitandose para su futuro en sociedad y entrenando para ser la mejor guerrera de su pueblo.
El demonio asesino respondia al nombre Vholskeda Raslovic Nushkarrot, llamado tambien Vholsda; la bruja ladrona, al nombre Ailli.
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Williama Shakespeare
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